Funda en vaquetilla grabada y teñida, cosida a mano a punto de guarnicionero.
El hocino se lo encontró su dueño en el campo y parece que llevaba mucho tiempo tirado. Yo pensé forjarlo de nuevo para hacer un cuchillo pero lo limpié, lo afilé y al ver como era el acero me decidí a vestirlo de gala.
Le he forrado el puño, que ya no tenemos las manos como los antiguos. También le he hecho un sistema de enganche rápido al cinto para que no haya que desabrochárselo. Esto es " una filigrana" porque los hocinillos estos no llevaban más que un palillo con o sin gancho y una tirilla de cuero clavada con una puntilla al puño para colgarlo con la jaula del pájaro a la espalda.